sábado, 23 de marzo de 2013

Monte Ponoig Cafe-Licor

Hacía mucho tiempo que por motivos matrimoniales, más gente en cordada y demás, no habíamos podido escalar juntos Alex y yo,  para hacerlo más interesante esta vez, no teníamos nada concreto, pues vivir en Guadalajara da mucho juego a la hora de elegir el camino, había sobre la mesa varias opciones abiertas y fue a última hora cuando tomamos la decisión de ir al Ponoig al ver que daban lluvia en Terradets por la mañana y en Alicante solo sol, así que partimos a las siete de la tarde dirección Polop, llegamos sobre las doce de la noche gracias a los encargados de la AP7 que son unos listos, no dan la información necesaria y así hacen que cojas su carretera de pago cuando no sabes por donde tirar, así funciona el levante por lo visto, en fin, al llegar al depósito de agua debajo de las paredes, cenamos un poco y barajamos las opciones que teníamos antes de dormir y la que más peso tenia era Café-Licor.
Croquis sacado de las 100 clásicas de España


Monte Ponoig
Cuando nos despertamos y salimos de la furgo hacia un tiempo genial, con lo que me fui hasta pie de vía en manga corta, no tardamos apenas en encontrar el primer largo, pues están pintadas tenuemente en la pared las iniciales C-L. Enseguida me calcé los gatos para meternos cuanto antes en faena, puesto que nos esperaba un día largo.

El primer largo me costó meterme en la dinámica de la escalada típica levantina pero lo acabé sin problemas al igual que mi compañero, el siguiente le tocaba a Alex que igualmente superó sin mayores problemas que en peso que llevábamos a nuestras espaldas, de nuevo encabecé la cordada por uno de los dos largos que más me gustaron de la vía, el tercero, era un largo bonito con un toque alpino y muy completo al que a Alex le gustó la llegada a la reunión.
Alex llegando a la R1

2º largo

                                                                                                                               El cuarto largo era para Alex, es un largo de placa fino fino con una reunión colgada un tanto incomoda, apenas le costos llegar a la cadena para poder asegurarme, yo hice mi trabajo intentando  no tardar mucho, pues se lo mal que se pasa en las reuniones incomodas, solo la utilicé de paso para meterme de lleno en el siguiente largo de artificial. Nunca habíamos hecho nada de esto en pared pero creo que al haber sido autodidactas desde nuestros inicios en la escalada  y un poco ratas también, todo hay que decirlo, sin darnos cuenta habíamos aprendido un poco a hacer todo tipo de trampas para no tener que dejar material en las vías, en cierto modo a sido como trampear una de estas.
R6 creo que es una reunion de gorilas, pero es más comoda y está al lado

Al menos te puedes sentar

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
Era entonces el turno del tramposo nº1 jajaja cariñosamente dicho, además el a sido uno de los que más nos a enseñado.                                          Habíamos leído que era A2 pero como tampoco entendemos muy bien todo ese royo de números, cuando vimos que era A2 ni pensamos en hacerlo en libre de primero, directamente al lío, así fue como seguro tras seguro Alex avanzaba en el largo e intentaba convencerme de que yo podría en libre pero que el estaba muy hinchado, nunca había visto a Alex gritar de ese modo para superar los pasos, a parte tuvo la mala suerte que partió un canto a la salida del segundo desplome y cayó un poco, intenté relajarle diciéndole: ¡ vamos tú! Ammon McNeely por lo menos le hice sonreír estando apunto de llorar jeje aún así como un titán lucho el largo y lo acabó, yo intente hacerlo en libre pero no se si por quedarme frío, haber visto a mi compañero sufrir o por que, pero de libre nada, los cuatro pasos con buen canto y poco más.

Cima del Ponoig
El siguiente largo son unas gradas muy fáciles y herbosas de transición que te dejan al pie de el largo para mi, más bonito de la vía, tuve suerte de que Alex me pidiese que yo encabezara por último la cordada porque aún estaba cansado de la paliza física-psicológica del anterior largo suyo y yo cómo no, accedí encantado a finiquitar lo que habíamos venido ha hacer, así fue como disfruté paso a paso los últimos metros del Ponoig, una montaña en la que nunca había estado pero nos deja unas buenas anécdotas y buenas prácticas nuevamente autodidactas de artificial junto con la experiencia que vas adquiriendo metro a metro en todas estas diferentes formaciones rocosas que por suerte tenemos por toda la península.


Trepada hacia la cima
Al desatarnos las cuerdas bebimos un poco, picamos unas galletas, recogimos todo rápido y teníamos que llegar a la cumbre ya sin cuerda, bueno con ella pero a la espalda, llegamos a la punta más alta del monte para admirar las vistas y hacernos unas fotos mientras buscábamos el camino de bajada por una cima tuerce-tobillos en la que hay cabras y escaladores únicamente, o eso créo.
El descenso es un camino fácil de encontrar pues es una canal con mucho rastro, pero aun así me vinieron bien las palabras de mi libro -no tomar la primera canal si no la segunda a la izquierda y cuando esta se corta a pico, tirar a una cornisa de la izquierda-  aquí yo cuento que hay tres rápeles cortos pero nosotros solo hicimos dos, puesto que desde la segunda instalación hay exactamente 60m hasta el suelo, pero si se desea en la última cornisa, antes de los 35m volados hay dos reuniones para poder rapelar. Con elte último rápel, solo quedaba encontrar en ese frondoso barranco el camino de vuelta hasta llegar de nuevo a la furgoneta.

Así quedan las cuerdas de 60m

Alex en el último rápel



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